Alguna vez tuve un blog. Se llamaba "A prueba de idiotas" y abordaba
con espasmos de humor e ironía el tema de la música. Después se volvio
un lugar adonde quejarme de cualquier cosa.
Despues se
volvió un blog personal donde se abordaban temas casi sociales y hasta
políticos. Yo posicionándome políticamente. El agua nos tapaba.
No
tengo ni puta idea de como se llegó a eso. Supongo que un día me
faltaba espacio en Facebook y sentí el deber de hacer catarsis y tuve
que prostituir aquel blog que era tan noble. La prostitución de blogs es
un camino de ida, y como tal, terminó en tragedia. "A prueba de
idiotas" murió.
Murió, no va a volver. Lo sé porque yo mismo lo maté. Que giro, eh? (?).
Como
en las pelis de zombies, cuando muerden a un tipo y dice "No dejes que
cambie, Rick, no quiero volverme uno de ellos". Se aleja el plano y
"bang!". Fundido a negro. Acá fue igual, sólo que la boludez y el
desvirtúe seria la infección, y el héroe que sacrifica al infectado fue
un gordo en cueros atrás de un teclado a las 3 de la mañana. Ese gordo
era yo, y lo hice sin culpa.
Que tiene que ver esta
entrada con la música? Que se yo.Pero crei que sería una historia real
digna de ser revisitada, y se me antojó empezar así, con la promesa de
que éste blog nunca va a hablar de política, ni justicia social, ni
solidaridad, ni corrección política.
La corrección política es la verdadera plaga.
Ahí viene la plaga / le gusta bailar.
Nos vemos.