sábado, 4 de octubre de 2014

Alguna vez tuve un blog. Se llamaba "A prueba de idiotas" y abordaba con espasmos de humor e ironía el tema de la música. Después se volvio un lugar adonde quejarme de cualquier cosa.

Despues se volvió un blog personal donde se abordaban temas casi sociales y hasta políticos. Yo posicionándome políticamente. El agua nos tapaba.

No tengo ni puta idea de como se llegó a eso. Supongo que un día me faltaba espacio en Facebook y sentí el deber de hacer catarsis y tuve que prostituir aquel blog que era tan noble. La prostitución de blogs es un camino de ida, y como tal, terminó en tragedia. "A prueba de idiotas" murió.

Murió, no va a volver. Lo sé porque yo mismo lo maté. Que giro, eh? (?).

Como en las pelis de zombies, cuando muerden a un tipo y dice "No dejes que cambie, Rick, no quiero volverme uno de ellos". Se aleja el plano y "bang!". Fundido a negro. Acá fue igual, sólo que la boludez y el desvirtúe seria la infección, y el héroe que sacrifica al infectado fue un gordo en cueros atrás de un teclado a las 3 de la mañana. Ese gordo era yo, y lo hice sin culpa.

Que tiene que ver esta entrada con la música? Que se yo.Pero crei que sería una historia real digna de ser revisitada, y se me antojó empezar así, con la promesa de que éste blog nunca va a hablar de política, ni justicia social, ni solidaridad, ni corrección política.

La corrección política es la verdadera plaga.

Ahí viene la plaga / le gusta bailar.

Nos vemos.

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